miércoles, 11 de mayo de 2011

Baptista, genio y salvador

Julio Baptista es el líder de una salvación, nunca mejor dicho, bestial. El brasileño ha sido motor, manantial y musa en la inspiración de este Málaga, protagonista de una de las remontadas más espectaculares que se recuerdan en los últimos tiempos. Cinco victorias consecutivas (récord histórico del club) con siete goles del brasileño, igualando una racha similar de Catanha. Permanencia virtualmente sellada. Y el Sporting, con unos aún cortos 43 puntos, deberá jugarse el todo por el todo el próximo domingo, ante su afición, contra el Racing.
La racha de La Bestia, que anotó un bonito gol de semichilena en el minuto 10, alfombró el camino de los pupilos de Pellegrini, los asturianos tuvieron su momento en un remate de cabeza de Barral. De un posible 1-1 se pasó al 2-0 que enloqueció a toda la Costa del Sol, gracias a un grandísimo gol de Eliseu Pereira.
Esta es la historia e intrahistoria de un partido liberador y en su crepúsculo, festivo, para una afición, la del Málaga, que ha sufrido taquicardias en una campaña que tenía toda la pinta de ser festiva y triunfal, a propósito de la importante inversión efectuada por su nuevo propietario, el jeque de Qatar Abdullah Bin Nasser Al-Thani. Lo que hace apenas dos meses era negro, hoy es rosa, lo que antaño eran lanzas, hogaño retornan cañas. El fútbol es como la vida, una entelequia, un sueño, una ilusión, una noria y un tiovivo que da vueltas, vueltas y vueltas.
La fiesta que anoche se recitó en la Costa del Sol la puede retomar el Sporting del cántabro Manolo Preciado si el próximo domingo es capaz de doblegar a sus paisanos del ya salvado Racing que (se supone), vendrá sosegado y liberado de tensiones pretéritas. Sólo un desastre mandaría al Tártaro a este equipo, templado a golpe de riñón, comprometido con el entrenador que le sacó de la mediocridad y le ha consolidado entre los pudientes con trabajo, cercanía, paciencia, lucidez y honestidad. ¿Recuerdan cuando a Preciado casi se lo cepillan? Hoy es un héroe. Siempre lo ha sido.

Mucha Bestia

. El Málaga salió con el mismo bloque e idéntica propuesta que tan excelsos resultados le reportó en el Vicente Calderón contra el inflado Atlético del Kun Agüero. Todo ente con estrella, tiene todo para llevarse el bote si se tiene como helénico aliado a Baptista. El brasileño está jugando mejor que en su etapa más feliz con el Sevilla de Joaquín Caparrós. Y se le ve contento en la Costa del Sol y liberado del atroz aburrimiento al que le tenía sometido en el Roma el ínclito Ranieri. La jugada del 1-0, por su plasticidad, merece rememorarse. Es una falta sacada por Duda. Demichelis toca de cabeza, en ligero fuera de juego, Juan Pablo rechaza y don Julio, en bonita acrobacia, convierte su noveno gol en diez partidos. Una obra de arte.
El Sporting no se acobardó. Eguren a los 14 minutos tuvo el 1-1 en sus pies en un improvisado uno a uno contra un Willy Caballero que realizó un paradón de balonmano. Tres minutos después el ex portero del Elche realizó otro paradón de categoría a un lejano disparo de Mate Bilic, un balcánico que en su día fue pretendido por el entonces presidente malaguista, Fernando Puche.
El técnico sportinguista, que ayer introdujo siete cambios (esos que tanto critica Mourinho cuando le conviene) dio entrada al gaditano Barral, y éste, en un bonito pero complicado remate de cabeza, puso un nudo en las gargantas de los parroquianos malaguistas tras ganar las retaguardias de las torres locales. Pudo tranquilamente ser el 1-1.
Eliseu es un formidable extremo reconvertido en lateral zurdo por necesidades de la película. Para no dejar de hacer lo que más le gusta (es decir, subir al ataque), se ha fijado en la manera de jugar del madridista Marcelo. Y una maravillosa carrera, sorteando contrarios, y apoyándose en pared con Seba, valió por un 2-0 aplaudido y equivalente a otro año más en Primera. El Málaga lo ha conseguido. Y el próximo será el Sporting.

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