Sin embargo, Lasarte y Aguirre pretenden limar dramatismo al duelo: "No hay nervios", "la mente está limpia". Disculpen el escepticismo, pero nadie se lo cree. Anoeta toma hoy el testigo de lleno y ambientazo que vivió La Romareda el domingo. ¿Y el fútbol? El Zaragoza (ahora en descenso) lo olvidó en la calculadora contra el Osasuna y lo pagó a precio de Picasso. La Real palideció en Mestalla ante un rival mayor.
Ansotegi, De la Bella y Rivas regresan al once de Lasarte para reforzar su osamenta e Ifrán, héroe ante el Barça, entra por Tamudo. Pero la clave estará en las bandas. Griezmann tendrá enfrente a Lanzaro, entre cuyas virtudes no está la velocidad, por la baja de Diogo. Y Paredes deberá nublar a Xabi Prieto, difícil. Sobre el papel, la superioridad de la Real en esos duelos es evidente, así que omnipresencia de Ponzio será fundamental.
Al otro lado, Lafita quiere seguir marcando goles de Primera. Y Uche, descubrirlos. Seguramente, la posesión será de la Real, en torno a Aranburu y Zurutuza, si Gabi lo permite. Ese guión invitaría al Zaragoza a explotar el contraataque, donde Lafita y Uche se relamen. Boutahar puede entrar tras ellos. Ganen o pierdan, Aguirre y su equipo deben dar un paso al frente.
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